- Te apuesto una botella de tequila a que hago reír al burro.
El cantinero acepta la apuesta, entonces el borrachito sale, le agarra una oreja al burro y le susurra algo. En ese momento el burro se suelta a carcajada tras carcajada, hasta que las lágrimas salen de sus ojos. El borracho regresa a la cantina a cobrar su premio.
Al terminársela le dice al cantinero:
- Ahora te apuesto otra botella a que lo hago llorar.
El cantinero acepta. Entonces el borracho sale de nuevo, se le acerca al burro, le susurra algo y en ese momento el burro se suelta a llore y llore, desconsolado.
El borracho regresa a la cantina a cobrar su premio. El cantinero, todo asombrado le entrega la botella y le dice:
- ¿Cómo le hiciste para hacerlo reír y llorar?
- Mi secreto te costará otras dos botellas.
- ¡No hay pedo! Aquí están.
- Primero me le acerqué y le dije en la oreja: "yo tengo la verga más grande que tu". Pinche burro se soltó riendo.
- ¿Y cómo lo hiciste llorar?
- Pues porque se la enseñé.
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