Una amiga a otra:
- Oye, amiga. ¿Sabes que me anda pretendiendo un señor de 57 años?
- ¡Ay, amiga! Después de los 50 años, los hombres solo pueden darte dos cosas: dinero o lástima.
- Oye, amiga. ¿Sabes que me anda pretendiendo un señor de 57 años?
- ¡Ay, amiga! Después de los 50 años, los hombres solo pueden darte dos cosas: dinero o lástima.
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