El esposo, en el lecho de muerte y agonizando le dice a su esposa:
- Mi vida, tengo que confesarte algo, antes de morir. No puedo morir sin tener la consciencia tranquila.
- Dime, mi vida.
- Mi amor... Durante muchos años te engañé con tu hermana, con tu mejor
amiga -de hecho sus hijos son míos-, con mi secretaria y con tu sobrina
Lucía.
- Lo sabía, mi amor. Por eso te envenené. Ahora cierra los ojos.
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