- ¡Pero, mi sargento! ¡Vamos a morir congelados aquí!
- Miren, soldados. Acomódense en círculo para dormir. Cada quien le meterá un dedo en el culo a su compañero de enfrente para mantener el calor, y así verán que sobrevivimos hasta mañana.
Se acomodan en círculo y cada uno le mete el dedo al compañero de
adelante. A media noche a uno de ellos le da comezón, por lo que le saca
el dedo a su compañero para rascarse.
- Oye, pendejo. No descobijes.
- Oye, pendejo. No descobijes.
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