- ¡Pero, hijita! ¿Por qué andas desnuda?
- Abuela, este es el traje del amor.
Se va tan rápido como se lo permite la carga de sus noventa y dos años a su recámara. Antes de entrar se desnuda y luego abre la puerta. Su esposo la ve ahí, en la entrada, toda desnuda y le dice:
- ¡Pero, viejita! ¿Qué haces desnuda?
- Ay, viejo. Este es el traje del amor.
- Pues sí, pero lo hubieras planchado antes de ponértelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario