Diego, el argentino, llega a visitar al padre de su novia y le dice:
- Ché, que quiero casarme con su hija.
- ¡Pero ché! Esa es una decisión muy apresurada. ¡Medítela, primero!
- Ya me la medí y le ajusta muy bien mi pija en su chocho.
- Ché, que quiero casarme con su hija.
- ¡Pero ché! Esa es una decisión muy apresurada. ¡Medítela, primero!
- Ya me la medí y le ajusta muy bien mi pija en su chocho.
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