Iba un tipo en un avión con un canario de contrabando en la bolsa de
su pantalón. A su lado iban dos monjitas observándolo. El hombre,
tratando de hacerse el gracioso les dice:
- No se preocupen, qué es solo mi pajarito.
Más tarde se queda dormido y, al tratar de acomodarse se le rompe el
pantalón, con lo que el canario asoma su cabeza por el agujero. Entonces
una de las monjas lo despierta y le dice:
- Señor, nosotras no sabemos mucho de esto pero, creo que ya se le rompió un huevo.
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